El mercado de muñecos sexuales, aceptémoslo, está enfocado en los hombres. Incluso ya existen muñecas de silicona que barren para fantasía de sus compradores, pero las mujeres también merecen un muchachón acorde a sus necesidades.
Para eso tenemos al robot perfecto: Henry. Él además de tener una piel apiñonada y color fuego, es guapísimo, recita poemas, mide 1.82 metros de alto, tiene labios carnosos, ojos verdes y un pene biónico que se adapta al tamaño de su preferencia.
A través de una app las o los usuarios (¿por qué no?) podrán programarlo para decir lo que se les antoja; desde cantar una canción romántica hasta recitar poemas. Su precio está entre los 9 mil y 12 mil euros, según los requisitos y puede pedirse en la página de Abbys Creation.
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