Cada vez un mayor número de personas se emplean en plataformas digitales como Uber, Uber Eats o Rappi. La OIT considera que estos modelos de empleo contribuyen a la precariedad laboral de los países y alerta que de no atenderse esta problemática las generaciones futuras estarán conformadas por jornaleros digitales.
La precariedad laboral refiere a la condición vulnerable de un trabajador derivada de las condiciones propias de su empleo. Con la economía digital han surgido nuevas formas de precarizar el trabajo. En México, los empleados de plataformas carecen de contratos laborales y prestaciones sociales.
En un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que propone modificaciones en los mercados laborales para mejorar las condiciones del fututo se alerta que, de no regularse la operación de estas plataformas que subemplean a los habitantes, las próximas generaciones estarán conformadas por jornaleros digitales.
La mayoría de estos trabajadores son jóvenes y hombres. Cuentan con estudios medio superiores en su mayoría y el motivo más frecuente por el que se emplean en plataformas digitales es la obtención de un ingreso extra y la preferencia por trabajar sin un horario fijo, según la OIT, que depende de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Uber, Uber Eats, Rappi, Cabify y otras plataformas digitales operan bajo un modelo en el que los trabajadores fungen sólo como contratistas independientes y las firmas no están constituidas como patrones. Para la OIT, la economía de plataformas ha provocado que se acentúe la precariedad laboral en los países donde estas prácticas están permitidas y afirma que las políticas públicas deben centrar su atención en todas las nuevas formas que toma el trabajo.
Aunque no se cuenta con cifras exactas del número de trabajadores en las plataformas digitales, la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Inegi contempla un grupo de empleados en donde se pueden encontrar todos estos trabajadores digitales: hasta el último trimestre del 2018 se identificaron 12.1 millones de trabajadores independientes y 2.5 millones de trabajadores no remunerados.
La OIT llama a los gobiernos a atender estas nuevas necesidades de la economía digital poniendo como prioridad la prevalencia del trabajo decente en todos los rubros laborales.
El derecho a la seguridad social
En México 55% de toda la población ocupada no cuenta con prestaciones sociales. Ni siquiera el acceso a instituciones de salud y la mayoría de estos trabajadores no gana más de tres salarios mínimos mensuales. Esta situación significa que más de la mitad de la gente que trabaja en el país se encuentra en situación de vulnerabilidad laboral.
En este grupo de trabajadores se encuentran todos los que han transitado al empleo de plataformas, cuya situación laboral es de alto riesgo debido a que sus labores incluyen el tránsito constante en vías públicas y ninguna institución de salud pública está obligada a atenderlos en caso de accidente.
Por ello la OIT puntualiza la necesidad de atender el problema de la seguridad social. Afirma que las políticas laborales deberán encaminarse a universalizar la cobertura eficiente y eficaz de los sistemas contributivos, como el IMSS y el ISSSTE en México. Además de adecuar los sistemas de protección social para respaldar también a los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores de plataformas digitales.
El derecho a la desconexión digital
Otro de los factores que vulneran laboralmente a los trabajadores digitales es la duración de sus jornadas en relación con sus ingresos. Como no tienen contratos, no tienen salarios fijos y por tanto sus ingresos dependerán de lo que trabajen.
Algunas de las plataformas castigan de algún modo cuando un trabajador decide declinar las solicitudes laborales que le aparecen digitalmente. La OIT sugiere que los gobiernos establezcan legalmente el derecho a la desconexión digital, que permita a los trabajadores disfrutar de sus tiempos libres o en este caso, decidir sin repercusiones cuándo trabajar y cuando no.
México, por ejemplo, es uno de los países que registra jornadas laborales más extensas en el mundo. Su jornada promedio semanal asciende a poco más de 42 horas semanales. Del total de trabajadores que se identifican como no remunerados o independientes, como los de las plataformas digitales, afirma laborar jornadas semanales de más de 48 horas, de acuerdo con cifras de la ENOE.
La organización colectiva e internacional
Otro de los grandes problemas del empleo de plataformas es que las firmas que operan bajo este modelo tienen reglas distintas entre países, en algunos deben cumplir con sus obligaciones laborales como patrón, en la mayoría no es así. Por lo que se dificulta la protección de los trabajadores contra el trato injusto o la precariedad de sus empleos.
La OIT identifica que este sector de la economía no cesará su expansión, por lo que recomienda que se desarrolle un sistema de gobernanza internacional de las plataformas digitales de trabajo que exija a las firmas y a sus clientes que garanticen ciertos derechos y protecciones laborales básicas.
Este es un problema global
En México y otros países de Latinoamérica el problema de la precariedad laboral digital se ha intensificado de manera acelerada durante los últimos diez años, sin embargo, la OIT señala que éste no es un problema aislado.
Alrededor del mundo las plataformas digitales, que operan bajo el sistema laboral colaborativo, agravan de manera importante la situación laboral de quienes se emplean en ellas. Pese a las diferencias en las legislaciones entre países el factor común continúa siendo la evasión a las obligaciones laborales de una figura patronal.
Con información del Economista
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